¿Cuáles son los cambios clave de la reforma?
- Control absoluto de la SEDENA . La GN dejará de depender de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) y pasará a ser dirigida por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA). Un general de división, designado por el presidente a propuesta del titular de Defensa, estará al frente de la institución.
- Nuevas facultades de inteligencia y vigilancia. Intervención de comunicaciones: Podrá acceder a llamadas, mensajes y geolocalización de dispositivos móviles, previa autorización judicial.
- Operaciones encubiertas: Se permitirá el uso de agentes infiltrados y usuarios simulados en investigaciones.
- Monitoreo en internet: La GN tendrá capacidad para rastrear actividades en redes públicas.
- Militares en cargos políticos
- Los integrantes de la GN podrán solicitar licencias para contender en elecciones o ocupar puestos en los tres niveles de gobierno, una medida que ha sido criticada por mezclar las esferas castrense y civil.
El debate: ¿Seguridad o militarización?
El gobierno y sus aliados legislativos sostienen que la reforma dará mayor disciplina y eficacia a la GN, reduciendo la corrupción y mejorando la lucha contra el narcotráfico. Morena insiste en que, aunque su estructura es militar, la GN mantendrá un "carácter civil" en su estrategia.
PAN, PRI y Movimiento Ciudadano advierten que la reforma viola el artículo 21 constitucional, que establece que la seguridad pública debe ser civil.
Amnistía Internacional y el Centro Prodh han alertado sobre el riesgo de que se incrementen violaciones a derechos humanos bajo el fuero militar.
Expertos en seguridad señalan que la militarización no ha demostrado ser una solución sostenible en el pasado, citando casos como la fallida guerra contra el narcotráfico de 2006-2018.La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha expresado inquietud por la falta de supervisión civil y la posibilidad de que se normalice el espionaje a periodistas y activistas. La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) podría revisar la reforma si organizaciones civiles presentan denuncias.
¿Qué sigue?
La minuta pasará al Senado, donde Morena y sus aliados tienen mayoría. Si se aprueba, la oposición ha anunciado que recurrirá a la Suprema Corte, argumentando inconstitucionalidad.La reforma a la Ley de la Guardia Nacional marca un punto de inflexión en la estrategia de seguridad del gobierno. Si bien la militarización puede ofrecer resultados inmediatos en zonas con alta violencia, su costo a largo plazo —en términos de libertades civiles y equilibrio institucional— es incierto.
México enfrenta un dilema histórico: ¿Es válido sacrificar controles democráticos por una aparente eficacia en seguridad? La respuesta no es sencilla, pero lo cierto es que, sin mecanismos claros de transparencia y rendición de cuentas, esta reforma podría sentar un precedente peligroso.
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